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| | HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA | |
| | Autor | Mensaje |
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poqew Bull Fighter
Cantidad de envíos : 73 Edad : 30 Localización : frente a la pantalla viciando con MUBLASTER Empleo /Ocio : MU BLASTER Nombre del Personaje en el server : poqew Fecha de inscripción : 26/01/2009
| Tema: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:05 am | |
| xD aca les dejo algo para entretenerse un rato: me doy cuenta que es larga, pero esta re buena...
> quiero compartir con ustedes xD > > -= EL BAR DE LORENCIA =- > > No sé realmente hace cuanto que me siento en el mismo lugar, todos los dias, todas las horas. > No es que me esté quejando, porque esto no deja de ser un trabajo, y dentro de todo, está bien pagado. > > Y también sé para quien trabajo. Por supuesto que no es esa rubia, que está detras del mostrador > vendiendo pociones, alcohol, ángeles y demonios, aunque sea ella la que me paga el sueldo > y la que me dá el trabajo. Todos los que trabajamos en Lorencia, sabemos que trabajamos > para el oculto poder de alguien que está mas alla de nuestro limitado conocimiento, que nuestros > movimientos están digitados por fuerzas que desconocemos y que nunca alcanzariamos a comprender. > Desde Hans, el herrero hasta Passi, el mago estamos compulsivamente atados a este destino. > Mi trabajo, es algo más suelto. Me siento en una mesa y miro a los que vienen, hacen sus negocios, > venden y compran el producto de sus muertes, pillaje y suerte. Los escucho hablar a los gritos, los > es veo susurrar. Los veo amenazarse, apoyarse y despedirse. Yo veo a todos los que vienen a este bar. > Siempre la misma música, siempre el viento silbando afuera y el mismo cielo nublado. > Siempre esas antorchas, dibujando sombras que parecen reirse de nuestros esfuerzos por > ser distintos y que siempre terminamos siendo iguales. > > Acá en el bar de Lorencia, la vida no pasa. Es solo una repetición de hechos. Pero no siempre... > > Un día apareció un guerrero, brillante, sus espadas enceguecian con su luz. Su armadura aturdía > la vista como el vino los sentidos. Su fuerza era total, era como la mano de un dios, salvaje, que > deshacía lo que tocaba. La agilidad era prodigiosa, y a pesar de recibir muchos golpes su vitalidad > parecía no tener fín, tal vez animada por una energía que no habiamos visto antes. > > Se instaló en la puerta oeste de la ciudad y se dedicó a matar a todo lo que salía o entraba > por esa puerta. No había guerrero, mago, elfa o gladiador que pudiera con él. Los mataba > a todos y en la cara podiamos observar el gesto de fastidio al acabarlos. Invocaba dioses > desconocidos y una explosión ámbar lo rodeaba, su cabellera se encendía y a partir de ahí los > guerreros mas valerosos, aquellos que jamás habian sentido el miedo, descubrian ese frio > sudor que le recorría el cuerpo. Sus ojos vacilaban y veían un relámpago como la última imagen de su vida. > > Pero un día encontramos desparramada en la puerta oeste su armadura, un casco por acá... > los pants cerca de la chica que vende pociones, los guantes cerca del foso que rodea la > ciudad. Sus espadas clavadas en la tierra... pero de él, nada. Habia una mancha seca de sangre, > pero no sabiamos si era la de él o de algunas de sus víctimas. Se lo llamó, a los gritos > y en todas las ciudades y sitios. Pero asi como vino, desapareció... > > Y yo quería saber porque desapareció... > > No sabía lo que iba a descubrir....
Nadie desparece porque sí... siempre hay una razón. Miraba la mancha seca de sangre, > miraba la armadura, pero no sabía por donde empezar. > > Todos volvían a salir por la puerta oeste, liberada ahora, y murmuraban entre ellos, > y señalaban el piso hacia una parte u otra. Entre todos los curiosos vi a una que era > mas alta que la del resto, cubierto por una capucha y con dos ojos de fuego en la oscuridad > de la toga. Charon miraba quieto desde su estatura, hacia la puerta; giró su cabeza > y me miró...movió la cabeza como una forma de saludo, y sin agitar el aire, sin tocar > a nadie, a pesar de que el lugar estaba lleno de curiosos y demás, se deslizó silenciosamente hasta mí. > > -El eterno parroquiano de la taberna de Lorencia- dijo con un tono que adiviné cordial. > > -Asi es- le contesté haciendo una reverencia con la cabeza > - y tú el eterno vigilador de las puertas del Devil Square.- > > - Así es- y sus ojo brillaron con un tinte azul - ¿que creés que pasó? > - preguntó mirando los guantes que todavía estaban en el borde del foso. > > -Sé tanto como tú. Me ha movido más el pálpito de saber que hay algo raro acá, que la curiosidad morbosa.- > > Charon repondió con un seco "aja" y dió por terminada la conversación. Bueno, > todos saben que Charon no es el alma de las fiestas. Hay muchas habladurías > y leyendas acerca de él. Hay quienes dicen que es el último rey del continente > que habiendo hecho pactos con las fuerzas de la oscuridad,quedó condenado > y por siempre atado a las pesadas puertas de hierro negro de la plaza del diablo. Otros creen > que es el mismo Kundum, que ahogado en su maldad, condenó a su hija a vagar eternamente > en los hielos de Davias. Al darse cuenta, perdió el rostro y su piel se volvió polvo, dejando sólo > la aflicción y el permanente recuerdo de su avaricia que como todos, ocultamos debajo de una túnica. > > ----------------------------------------------------------------------------------- > > Después de un día, Charon volvió al bar de Lorencia a verme, silencioso y frío, > pasó entre todos como una brisa y se sentó en mi mesa. > > - ¿Hablaste con el cuidador del baúl?- preguntó > > - Hola Charon- le dije -yo tambien he dormido bien, ¿como estas? > -busqué ver algo en el oscuro misterio de su cara > -No, no he hablado con el cuidador del baúl...en realidad no he hablado con nadie.- > > - Yo sí- dijo y se estiró en la silla que parecía chica a su persona > - dejame que te cuente- y se acodó en la mesa mientras agarraba una copa de vino. > > - Este guerrero por cada vez que mataba, recibía un pago. Aparte de quedarse con todos > los bienes del muerto. Así, en su tiempo de cosecha, juntó una considerable suma > de joyas, dinero y bienes. Son tantos que ha tenido que dar en custodia parte de ellos a unos > sirvientes, cuya única misión es la de guardar estos. Nunca sacó un miserable zen de la > cuenta. Dicen que el financiaba un ejercito propio, o que buscaba hacerlo. Un...clan digamos. > Pero hasta ahí averigüe...- terminó y volvió a echarse para atrás en su silla. - ¿que creés tú?.- > > Me había quedado en silencio. Mirando a la rubia dar con falsas sonrisas y estudiada voz, los > productos que le pedian los guerreros que se apiñaban en su mostrador. Me estaba preguntando para que > querria financiar un ejercito privado. Porque no decirlo y hacerlo como lo hace todo el mundo normalmente... > > Miré a Charon, y sólo pude decir: - No tengo idea de lo que pasa acá, pero alguien tiene que saber más. > - Tomé un trago de vino- ¿Preguntaste a los de las otras ciudades?- > > Cuando levantó la mano para contestarme entró un guardia, agitado y sobresaltado, dijo a los > gritos dentro de el bar: - ¡Han asesinado a la Elfa del arpa en Noria!- > > Charon y yo nos miramos. Sabiamos que había lios grandes y esto recien empezaba. > Cuando uno entra en Noria, después de atravesar las puertas de piedra, el sol lo recibe como una cachetada. > Ese golpe de color, calidez, a las que no estamos acostumbrados en Lorencia, acá es una inundación > de verde y luz. Resulta curioso que Charon, ese ser oscuro y sigiloso viva en esta ciudad. Íbamos con > él por el camino hacia la ciudad. De vez en cuando un goblin o un escorpión rueda se ocultaban > rápidamente en la maleza, dejando tras de sí un eco de hojas sacudiéndose. El clima es agradable, > y de a poco la túnica de cuero se va haciendo mas pesada. Charon camina como si el calor > no le molestara, de vez en cuando se dejan ver sus ojos luminosos, fijos en el frente. > > -¿Conocías a la elfa?- le pregunté rompiendo el silencio del camino > > -¿A Lala?, si. Charlábamos de vez en cuando.- dijo y levantó su cabeza como mirando cuando uno mira un recuerdo. > > -¿Porqué crees que la mataron? ¿Tendrá algo relacionado con la desaparición del guerrero?- > > - Creo que sí, no es lo usual- giró su cabeza dirigiéndome sus ojos hacia mí > - No suelen morir violentamente los que pertenecemos a la ciudad.- y volvió a mirar hacia delante. > > > - ¿Porqué matarías una elfa?- dije encogiéndome de hombros - Los guerreros, los gladiadores y aún los > goblins del Chaos tendrían mas motivos para ser asesinados que una elfa. Estoy seguro que hay algo que no sabemos.- > > > > Noria es una ciudad cosmopolita. La cercanía de todos los puntos importantes y el negocio > de los goblins del Chaos, haciendo armas, alas y todos esos artículos en esa ruleta, que es la > Rueda del Chaos, daba a esta ciudad un vertiginoso andar. Y los insultos de los perdedores de la rueda, > todos a los gritos de todo el mundo vendiendo sus cosas. Un mercado hirviente de gente > y de mercaderes. El custodio del baúl no da abasto ante los pedidos de los depositantes. > El viejo goblin, revolea una joya del chaos, tentando a todos a probar suerte. El craftman vendiendo > bajo la sombra de un árbol sus arcos y el lugar ahora vacío, de donde Lala vendía pociones y orbes. > Al acercarnos vimos el ahora ya pálido cadáver de la elfa. Estaba boca abajo, sobre un charco de > sangre que había brotado por la espantosa estocada de una espada. > > Se lo hicieron con una Spirit! - No, fue con una Devourer!! > > La gente especulaba y discutía sobre tajos y describía con las manos como eran los golpes. > Me agache frente al cadáver, y miré detenidamente la forma en que había caído el cuerpo. > Era una herida limpia, hecha con precisión de cirujano, tan veloz que la sangre salió por la espalda, > casi nada en el frente. O sea que Lala conocía a su matador. > > Charon se agachó al lado mío y me preguntó: > > -¿Ya sabes que pasó?- dijo mirando hacia las mustias alas de la elfa y al etéreo vestido nadando en la sangre. > > - Conocía a su asesino, no se defendió, no lo sospechaba. El asesino tiene mucha fuerza y es rapidísimo. > - y ahora le señalaba la herida del abdomen, tirándome en el suelo > - observa.no hay mucha sangre debajo de ella. > - Charon miraba con la cabeza pegada al piso hacia donde yo le señalaba. > - toda la sangre que manó de la herida, salió por la espalda. Casi nada por el frente. Fue hecha con un Kris. > - dije parándome y dándole una mano para que Charon se incorpore. > > -¿un Kris? - preguntó sorprendido Charon > > - Un agujero pequeño. Un arma rápida, que se pueda ocultar y letal en manos de una persona con aptitudes. > - le eché una última mirada a Lala para dejar que las otras elfas le den las exequias que merece. > > Me había sentado en las mesas, mientras Charon revisaba las puertas del Devil Square. > Entonces sentí una voz que me llamaba. > > Cuando giré, vi al goblin del chaos, al que revolea la piedra, escondido detrás de la reja que > rodea Noria, oculto en una mata de plantas. > > -¿Qué quieres? > - le pregunté al goblin que miraba nerviosamente a todas partes. > > - Siéntate y no mires hacia donde estoy > - y se escondió un poco mas - Disimula y escucha. > | |
| | | poqew Bull Fighter
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| Tema: Re: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:06 am | |
| > Me senté en la mesa de al lado de la reja. El goblin habló: > > - Se como se llama el guerrero que desapareció en Lorencia.- > > Giré la cabeza, sorprendido. > > -Te dije que no me mires!!!- gritó el goblin > > Miré hacia otro lado, impaciente por saber ese nombre. > > - Por supuesto esta información tiene un costo.- y suspiró > > - ¿Cuánto es ese costo?- pregunté intentando no dar muestras de mi ansiedad > > - 50 millones de zens.- dijo pausadamente. > > - Si la información es buena, la tendrás- > > - Sin zen, no hay información- > > - Sin información no seguirás respirando- dijo apareciendo repentinamente > Charon desde atrás del goblin y poniéndole una Lightning en el cuello. > > El goblin me miró asustado, yo miré a Charon sorprendido y Charon miraba > con mirada de fuego la cabeza sudorosa del goblin. El goblin estaba tan sorprendido como yo. Y asustado. Charon lo miraba con los llameantes ojos. > Podría decir que tenía ganas de que no conteste... o que si. Lo que sea, daba la sensación de que sólo > necesitaba una excusa para terminarlo. El goblin comenzó a balbucear: > > - ¿Porqué me atacas? > - trataba de dar vuelta la cara, pero estaba totalmente inmovilizado en los firmes brazos de Charon. > > - Sólo dime como se llama el guerrero, después recibiras la mitad del pago.- dije con voz calmada. > > -¿La mitad?- gritó a medias el goblin - ¡¿La mitad?!- > > - Cuando vea que es buena tu información y no me estás estafando recibirás la otro mitad.- > > Se revolvió en los brazos de Charon, inutilmente y el miedo se fue, y dejo paso a una furia. > Tal vez porque temía no recibir lo que había pedido. Tal vez porque creiá que no le daría nada. > Al final resopló y suspirando dijo el nombre: > > - Aldebarán....- > > Charon aflojó de a poco la llave que inmovilizaba al goblin, golpeado por el nombre. > Yo abri los ojos, meditando la respuesta de este. Charon se incorporó limpiandose las hojas > y tierra de su túnica. Yo me senté en una mesa. > > Para saber porque nos quedamos medio aturdidos por ese nombre, les contaré una > pequeña historia. Aldebarán era un guerrero al servicio de todos. En donde se estaba > cometiendo una injusticia, allí iba él. Donde un débil era oprimido, molestado, robado o estorbado, > Aldebarán colocaba las cosas en su lugar. Siempre cantando, su potente voz hacia temblar a los malos, > alegraba a los buenos y enamoraba a las mujeres. Pero un día se enamoró. > Y el objeto de su amor fué una elfa, que mala y desdeñosa lo usaba para toda clase de caprichos. > Abusaba del corazón de este pobre ser, encargándole la más dificiles y humillantes tareas. > Pero un día, estas tareas llegaron a un límite. Aldebarán, como buen enamorado, le había regalado > una preciosa armadura Nature, confeccionada por los magos del Blood Castle, daba a su portadora > toda clase de suertes y posibilidades. Cuando se la entregó, esta mala elfa la miró con desdén > y la tiró sobre una mesa, sobre los restos de la comida, y le gritó diciendo: > - No me gustan las Nature!!! Siempre eres el mismo idiota!! > - y se abrazó a un guerrerito de tres al peso, y se rieron de él, que estupefacto no daba > crédito a sus ojos. Sus ojos se encendieron, la espada que siempre habia brillado con azulada luz, > ahora despedia llamas rojizas, su escudo se tiño en sangre y sus alas, las mas hermosas de todo > el continente, se transformaron en una sangrienta membrana. > > A partir de ahí desapareció y nunca más supimos de él. Hasta ahora. > > La voz del goblin nos sacó del estupor: > > - ¡Quiero mi dinero! - gritó entre dientes. > > Saqué dos joyas Creation y se las dí. El goblin sonrió y las miró goloso, deleitado por su pago. > Charon envainó su espada. > > - ¿Y ahora? - le pregunté a mi eventual compañero de investigaciones. > > - Si lo que dice este engendro es cierto, Aldebarán volvió para terminar algo, que por el momento desconocemos. > La finalización de esto aparentemente le ha costado la vida, o por lo menos le ha hecho desaparecer nuevamente. > - deciá mientras se acomodaba el cinto de la túnica > - Ya sabemos quién es el que desapareció.- > > - Ahora bien- dije cruzandome de piernas > - ¿Como se liga esto con la muerte de Lala?.- > > Charon me miró desde su oscuridad, y pude adivinar por el brillo de los ojos que estaría sonriendo... > por mi ignorancia o por mi candidez. > > -Lala es la hermana del amor de Aldebarán- > > Si antes la noticia no me había sorprendido, esta si lo hacía. Cuantas cosas suceden en > este lugar que a pesar de vivir en él, ignoramos. Cuantas cosas que ignoro se han ido > con Lala, con su boca sellada por la muerte, cosas que no sabré mas. De repente, así como > si fuera una inspiración me acordé de un detalle, de algo que nos podría poner sobre la pista. > Aldebarán tambien tenía un pariente. Un hermano, que se habia unido a las fuerzas regulares > de Davias, que ahora diezmado el ejército solo se limitaba a las administrativas tareas > de registrar clanes. Se lo podía encontrar siempre en su lugar de trabajo, siempre en el centro de la ciudad, > al lado de su estandarte. > > - Debemos ir a Davias - le dije a Charon > > - Si...- dijo en un suspiro - debemos hablar con el hermano.- > > - ¿Como....? - exclamé sorprendido - ¿ Conocias al hermano?... > > - Así es - y riendo agregó - y a la hermana. Tú... ¿sabías que tenía una hermana?- > > Mientras balbuceaba torpemente palabras, pidiendo que me explique como sabía esas cosas; porque yo... > no las sabia!!; nos subimos a los unilias que se agitaron debajo de nuestras piernas y sacudieron > sus cabezas. Tras un relincho, la risa de Charon y mi voz hablando y contestándome solo, > nos pusimos en marcha hacia Davias. > > La helada ciudad nos esperaba con mas sorpresas, y mas incógnitas Davias nos recibió con sus helados brazos abiertos. El blanco enceguece, la nieve es de una > blancura que lastima los ojos. Y el níveo paisaje invita a sentarte junto a la ventana, > con el hogar prendido, escuchando el crepitar de los leños y las voces de los chicos. Invita a la caricia > de las personas que amamos. Pero también es frío recuerdo de los que están solos y que no existe > calor ni fuego que derrita estas nieves y tampoco las del alma solitaria. La nieve es invitación > y recuerdo. La eterna dualidad de las cosas. > > Charon ató su unilia en un poste. Y miró en derredor y aspiró profundamente. > Yo lo imité y coloqué mi montura al lado de la de él. Tenía cierto temor al pisar sobre la congelada > vereda. Nos movimos un poco torpemente al principio, pero fuimos ganando confianza > y nuestros pasos se volvieron más seguros en poco tiempo. Ya cuando llegamos al centro de la ciudad, > nuestra marcha era decidida y firme. > > Avistamos a Rigel, tal como se llamaba el hermano de Aldebarán, firme en su negro uniforme, > digno y lleno de orgullo, estaba erguidamente parado al lado del estandarte que r > epresentaba su ciudad. Nos acercamos hacia él saludándolo unos pasos antes de alcanzarlo. > > - ¿Rigel? ¿Es así? > - le pregunté extendiéndole la mano. > > Rigel se puso firme, estiró y apretando fuertemente mi mano me dijo: > > - Ese soy yo. ¿Con quien tengo el placer de hablar? > - Y le dirigió la mano a Charon. > > - Soy Charon, el encargado de las puertas del Devil Square > - y me señaló a mi y agregó: > - El es un amigo, que me está ayudando en unas averiguaciones. > > - Ustedes dirán en que les puedo servir. > - e inquirió con una sonrisa. - ¿En que puedo serle útil? > - y se quedó mirándonos. > > - Háblanos de Aldebarán.- Dije con una sonrisa también. Y se acabaron las sonrisas. > > Rigel se puso serio, miró hacia los costados, miró hacia el piso, suspiró y finalmente dijo: > -¿Qué sucede con Aldebarán? - > > Le hicimos un breve resumen de los acontecimientos, dijo que se había enterado de la > desaparición y de la muerte de Lala. Pero no estaba en contacto con él. Había abandonado > el temor o la desconfianza y ahora parecía mas una charla que un interrogatorio. > Esto se afirmó cuando nos invito al bar de Davias a seguir charlando. > > Nos sentamos en una mesa al lado de un gigantesco hogar de piedra, en donde ardían > unos leños. La luz del fuego dibujaban siluetas en la decoración del bar y la mujer que lo > atendía, una muchacha de cabello negro, piel blanca y unos ojos azules, nos sonrió al > vernos entrar y nos trajo la bebida típica del lugar: Chocolate, hidromiel y alcohol. Pocas > cosas hay en este mundo que nos dé tanto placer y tanta satisfacción como esta bebida. > El calor que te llega al beberlo no abrasa, no hiere la garganta, no lastima. > Es un calor que te devuelve a las viejas canciones y a las rondas de amigos, > a las alegrías compartidas como cuando ríen golpeándose el muslo con la palma de la mano. > > Charon estaba ajeno a esto. Lo miraba a Rigel que hablaba como si estaría > contando anécdotas de su época militar. > > -.por mas que le advertí en su loco amor él jamás hizo caso. Siguió humillándose > hasta más allá de la cordura.- decía mientras sacudía los restos de la bebida en la copa. > > - Pero sabes si aparte de su loco amor, había cosas. Un adalid no se vuelve un asesino > pervertido de la noche a la mañana.- comentó Charon levantando sus ojos de fuego. > > - En su época de locura. Al final de su amor, había alguien que le incentivaba este odio. > Nunca creímos que fuera muy malo, porque Aldebarán ya no escuchaba a nadie. > - se recostó contra la silla.- nunca nos dijo de lo que hablaban, pero siempre huye de mi cuando me ve.- > > - ¿Quién es el?- pregunté > > - Un mago. Un pobre espíritu, débil y taimado, buscando el favor de los poderosos, incapaz de conseguir algo > - contó y pudimos ver su desprecio al hablar de él > - Encontró tierra fértil donde sembrar su maldad. > - terminó con fastidio. > > - ¿Dónde lo encontramos?- pregunté > > - El esta. ¡Ahí está! ¡Es ese! - dijo levantándose de repente de la silla. > > En la puerta del bar había aparecido un mago, vestido con la armadura Esfinge, > el báculo brillaba a su espalda. Se quedó petrificado al ser señalado por Rigel y nos miró > desconcertado a mí y a Charon. Y en cuanto vio que este avanzaba sobre él, salió corriendo. > > Salimos atrás de él. Iba hacia la puerta norte, era muy rápido y ágil. En su carrera sacó > el báculo, ya con este en la mano en la puerta le tiró un rayo a uno que se bajaba del unilia. > El hombre, un gladiador, quedó atontado y el rayo lo arrojó a unos metros. > El mago se subió al unilia y se dió a la fuga, por el camino que va hacia el paso oeste. > Nosotros volvimos rápidamente a donde estaban nuestros unilias. Los desatamos > y nos subimos y salimos a todo galope desde dentro de la ciudad, espantando a la gente > con nuestro acto. Cuando cruzamos el paso del oeste, lo llegamos a ver cerca del borde del lago helado. > Se metió por el paso de la roca, y nosotros fuimos atrás. Los unilias dejaban una nube de > hielo y vapor detrás de ellos. Con la mirada fija en el camino ellos, con la nuestra fija en nuestro > prófugo, corrimos a través de las heladas planicies de Davias. > > El mago esquivaba a las bestias y a los salteadores que inundaban la tierra del norte. > Homerds y Asesinos salían repentinamente a bloquearnos el paso. Pero Charon los mataba | |
| | | poqew Bull Fighter
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| Tema: Re: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:07 am | |
| > con solo tocarlos, tal la velocidad de sus golpes aún montado. Algunos Yetis se nos abalanzaban, > y algunos nos arrojaban piedras, pero eran muy lentos para nosotros y para el mago también, > que seguía en su loca carrera. > > Cuando cruzó el paso del norte, nos dimos cuenta de que había mucho que ocultar, > ya que nadie, sólo muy pocos se atreven a pasarlo. Estas son las tierras donde vaga > el alma perdida de la hija de Kundum, un alma sin paz, que ríe constantemente sin sentido. > Ostenta una corona de hielo, y quien se atreve a pararse enfrente de ella, se le congela > el corazón y muere. Entonces dicen las leyendas, que habitan eternamente estas > congeladas estepas, como Homerds y Asesinos. Jamás regresando a su casa, jamás volviendo > a su ciudad. Miré a Charon, curioso, ya que si alguna de todas las cosas que se dicen, es cierta, > él es el padre de esta mujer demente. Pero Charon no mostraba ninguna vacilación, > tenia la vista fija en el mago que se dirigía hacia el abismo, una grieta que se abre en la montaña > y a la que, nadie que sepamos, había entrado. Charon se dio cuenta de esto, detuvo al unilia > y parándose en los estribos le arrojó un rayo azul, enorme que como una pared de agua > y volteó al mago de la montura. > > El unilia, ya sin su jinete siguió solo unos pocos metros más y se detuvo. > El mago que estaba atontado y muy posiblemente herido, yacía desparramado > cerca de una roca. Lo alcanzamos en un instante y nos bajamos rápidamente. Fuimos corriendo > hacia él, lo revisamos y solo tenía una herida en el hombro, pero estaba bastante shockeado. > > Cuando estaba volviendo en sí y lo íbamos a empezar a interrogar, una explosión de luz > nos hizo volar por el aire. Unas bolas de fuego, nos dieron cerca y de repente el mundo > estalló. Escuchamos unos gritos raros, el mundo se había vuelto oscuro. El mago gritaba > alucinado que íbamos a morir, Charon estaba inconsciente. Y cuando me levanté me > encontré con la brillante y dorada figura de un dragón, que me había visto y se > dirigía hacia mi, con un odio, seco, visceral y antiguo. > > Vi una luz, escuché los gritos del mago y me desmayé. Me fui despertando de a poco. La cabeza me daba vueltas y sentía un calor agradable... > ¿un calor agradable? Intenté levantarme, pero un dolor en el fondo de mis ojos me > mantuvo en el suelo. Pude tocar una superficie suave, como pasto, pero suave, agradable al tacto. > Mis manos se hundían en este esponjoso piso. De a poco la luz se fue enfocando, > y pude ver un cielo celeste, sin nubes. Ya podía sentarme. Cuando lo hice me apoyé en una roca blanca > que estaba al lado mío, la roca me recibió como si me apoyara en el más mullido de los almohadones. > > Era un cielo celeste sin nubes.porque las nubes estaban en el horizonte y debajo mío. > Todo era nubes, blancas, gruesas, oscuras, relampagueantes, lluviosas. > > - Icarus - dije para mi > > - Icarus - me contestó una voz de mujer > - Así es, estos es Icarus - > > Me di vuelta rápido, pero una aguja de dolor en mi nuca, me hizo quedar quieto. > Todavía sentía las consecuencias del ataque del dragón dorado. > > - No debes moverte hasta dentro de un rato > - me dijo la voz que era tan dulce, tan calmada que en si misma era una cura al aturdimiento que sentía. > > - ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? > - pregunté tratando de que mi propia voz no me aturda. > > - Soy Lala - dijo la voz > > - ¿Cómo?- quería darme vuelta, a pesar del dolor. Como podía ser Lala si yo mismo la he visto muerta. > Vi cuando las elfas recogieron su cadáver y lo llevaron al cementerio. Vi la horrible herida en su cuerpo. > - ¡Tu estas muerta! - le dije como si pudiera poner orden en estas cosas de vivos y muertos. > > Se rió, y fue como si todos los pájaros del mundo cantaran a la vez, fueron los sonidos > del universo, la fuerza de la vida, el sonido del sol cuando amanece. Extendió su mano > hasta mi hombro, y sentí las sensaciones olvidadas. El dolor desapareció y una catarata > de recuerdos e imágenes se precipitaron en mi mente. Todos los momentos felices, > todas las veces que he amado, todas las veces que me amaron, y cada una de las imágenes de ello. > > - ¿Acaso parezco muerta? - dijo mirándome a los ojos. No recordaba a Lala tan hermosa. > Todas las elfas son hermosas, es su característica. Algunas lo son mas, pero realmente > no recuerdo que Lala sea tan, pero tan bella. Es casi una alucinación. > > - Tienes que mirar bien, estás en peligro. Detrás de bronce brilloso, se esconde el hierro. > El hierro busca el oro, el hierro está condenado, se disfraza de bronce y usa al adamiantum para conseguirlo. - > > - No entiendo. ¿Que significa esto?.. ¿Qué oculta tus palabras?- trataba de levantarme, > pero todavía estaba aturdido, y tenia la sensación de que no podía pensar con claridad por mas esfuerzo que haga. > - ¡Debes decírmelo! - y traté de sujetar la mano de la elfa. > > En ese momento Lala estaba como a unos veinte o treinta pasos de mi. No recordaba > o no había visto cuando se alejaba. Algo raro pasaba. Lala seguía hablando a medida > de que se perdía entre las nubes - Cuídate, cuídate - repetía y las nubes la empezaban a > cubrir hasta que desapareció. Las nubes, antes cálidas se fueron tornando mas frías, > el cielo empezó a cambiar y sentí un murmullo que crecía. > > - ¡Es él!- sentí un grito - ¡Ese es el que mató a Charon!- era la voz del mago que > perseguíamos. ¡Mátenlo, mató a Charon!- era la voz de varias personas. > > De golpe, todo volvió a la realidad. Estaba tirado en la nieve, con un Kris en la mano > manchado de sangre. Cuando giré la cabeza, vi el cuerpo de Charon, con la misma > herida que había visto en Lala. Me incorporé torpemente, y busqué al unilia. La voz > de la turba liderado por el mago se escuchaba cerca. Encontré a mi montura > pastando debajo de un árbol. Como pude me subí y agité las riendas para que empezara a correr. > En ese momento el mago, desde arriba de un dinorant apareció detrás de un codo del camino. > Estaba encima de mí. Dirigí en desesperada carrera el unilia hacia la grieta, al abismo. > Trataba de recopilar todo lo último para poder tener idea mínimamente de lo que sucedía, > pero el dolor en la vista, el aturdimiento en mi cerebro, no me dejaban. Como todo ser rastrero, > el mago, se envalentonaba creyendo que estaba a punto de tener una victoria fácil. > ¡Que equivocado estaba! Cuando su dinorant mas veloz que mi unilia se puso a la par, > y ya apuntaba su báculo hacia mi, le arroje una bola de nieve a la cabeza que lo volteó de su silla. > Tomé su báculo, lo partí y viendo que la muchedumbre se acercaba me di vuelta y me metí en la grieta. > Lo último que escuche desde Davias fueron los gritos de la multitud y los insultos del mago. > Dentro de la grieta solo había oscuridad y amenazantes columnas de fuego que brotaban > en medio de la nada. Oscuras criaturas brillaban y me miraban con sus malignos ojos rojos. > > Estaba en la Torre Perdida. Mis ojos se acostumbraron a la oscuridad en un instante. Después del niveo > y resplandeciente paisaje de Davias, el oscuro ambiente de la Torre Perdida era el opuesto. > En la única parte iluminada, que era el camino, estaba atravesado por unos monstruos > peludos que despedián electricidad y se arrastraban por el piso. Mi unilia los miraba con fiereza, > con lo cual me alegré, ya que es una contrariedad si fuera una montura temerosa. > Me quedé esperando, detras de ese negro velo que era el paso hacia Davias, que entrara > el mago o tal vez la turba buscando ajusticiarme. Aprovecharia el impacto del > cambio de luz para atacar al mago, y hacer vacilar a la muchedumbre. > Solo escuchaba la turba que se negaba a entrar en la grieta... > > - ¡No somos guardias para arriesgar nuestras vidas! - gritaba alguno > > - ¡Si tú lo quieres, entra tú! > - una voz ronca ordenó al mago, que al parecer no estaba muy decidido a continuar. > > - ¡Por supuesto que entraré! - dijo el mago y sentí los pasos del dinorant acercándose a la puerta. > > Cuando pasó la puerta, le di la bienvenida con un caluroso golpe. El mago cayó de su silla > y dió contra unas de las columnas que bordean la puerta, antes de que pudiera reaccionar l > e puse el pie encima de su hombro herido y le pregunté: > > - ¿Quien mató a Charon? ¿Porque quieren que me lleve la culpa de este crimen? > - le dije presionando levemente el pie en su hombro. El mago gritó y empezó a hablar. > > - ¡No sabes nada!¡Eres nadie! - dijo con todo el odio que era capaz - ¡no podrás escaparte! > > - ¿Escaparme de quien?- dije, ahora sorprendido. > > - ¡No te lo dire! - y el mago me lanzó una furibunda mirada. > > No soy hombre de ira fácil, me considero una persona que medita y evalúa lo que dice y lo que hace. > Pero este mago, me había sacado de las casillas. Así que le apreté la herida con mi pie y le dije: > > - Asi que no me lo dirás... entonces no me sirves. Adiós. - Y levanté mi arma. | |
| | | poqew Bull Fighter
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| Tema: Re: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:07 am | |
| - ¡Bienvenido a la Torre perdida, mi señor! > - dijo haciendo una reverencia. No había burla en él. Era un tono jovial, alegre. > El tono de quien se lleva bien con la vida. Envainó su espada y se dirigió a mí. > > - ¿Qué le trae a este lugar? > - preguntó curioso al tiempo que hacia una caravana. > > - Necesito llegar al tercer piso de la torre > - dije como si necesitara ir ahí sólo por hacer una visita social. > - ¿sabes como llego hasta ahí? > > - Sin duda vuestros pies os llevaran, milord. > - y añadió -Pero debo decirte que es un piso peligroso.si quieres puedo acompañarte > - finalizó con un juvenil entusiasmo. > > Me acordaba de Charon y no podría cargar con otra muerte por mi > culpa o por ayudarme. Debía seguir solo. > > - Te estoy muy agradecido joven guerrero. Pero debo hacer mi camino solo. > por cierto ¿Cómo te llamas? > - y me baje del unilia que se sacudió alegre de quitarse mi peso de encima. > > - Yo soy Tarkano, vengo de Tarkan, tal como se llama mi padre, que se casó con Tarkana. > mi familia es de Tarkan como podrás ver. > - y se sentó en las sucias losas del patio y se dispuso a comer. > - Estos monstruos me dan mucha hambre. ¿Quieres? > - y extendió una pierna asada de pollo hacia mí. > > - ¿Porque ese ímpetu en matarlos? ¿Quieres exterminar la población local? - y acepté la invitación. > > - Debo probar mi valor. Alcanzando el más alto nivel que un guerrero puede llegar. > - y miraba hacia arriba, obnubilado por quien sabe que imagen. > - Entonces mi amada será mía y su padre no podrá negarla > - afirmó sacudiendo la pata, que arrojó unas gotas de grasa hacia todos lados. > - Ella me ama ¿sabes? > - y se perdió un instante en sus pensamientos. > > - ¿Como se llama tu amada? > - pregunté mas por curiosidad, que por otro motivo. > > - Su nombre es sinónimo de belleza. Ante ella los astros se inclinan. Su voz es la envidia de > todos los instrumentos musicales, los más bellos pájaros le hacen coro, las más herm..- > > - ¿Cómo se llama? - pregunte interrumpiéndolo > > - ¡Ah! Si. su nombre es Vindemiatrix, nacida en el mes de septiembre, hija de Procyon y Sephora > - y haciendo un gesto de intriga preguntó - ¿Para que tienes que ir al tercer piso?- > > - Debo encontrar a Aicos, tengo un dilema que resolver con él > - dije tratando de no mostrar emoción. > > - ¿Aicos?- exclamó levantando las cejas. > - Obviamente el frío de Davias te ha afectado el cerebro. ¿Estás loco no? > - dijo y le dedicó una última mordida a su pata. > > - Sólo voy a hablar. ¿Porque debería tener miedo? - mentí > > Tarkano me miró en silencio. Miró hacía el oscuro techo, volvió a mirarme. > Entonces se paró, se acomodó el correaje, evaluó el filo de su espada y dijo convencido: > - Te acompañaré- > > - No puedes arriesgarte. No permitiré que me acompañes - dije tratando de detenerlo. > > - Declaro solemnemente que voy por propia voluntad, que no me obligas y que no lo hago > por ayudarte. Compartimos un destino y. > - agregó con una sonrisa > - si la suerte me enfrenta a él y puedo matarlo mi gloria estará hecha. Vindemiatrix será mia inexorablemente. > - Y se fue caminando hacia el otro patio. > > No pude resistir la risa. El ímpetu de este joven es contagioso. El unilia relincho e hizo > retumbar las paredes descascaradas de la torre. Pasamos a través de plazas y pasillos, y debo decir que alegremente, porque mi jovial compañero, > cantaba y mataba. Siempre con una sonrisa, veloz y certero. Unos magos, > antiguos residentes de la torre, trataban infructuosamente de aturdir a Tarkano con su > hechizo de relámpago, pero a pesar de ser sacudido y arrojado por todo el piso, el seguía > firme en su determinación. En cuanto el rayo cesaba, se paraba e irrumpía con > renovado espíritu a sus atacantes que morían con un último quejido antes de tocar el piso. > Así de a poco llegamos al pasaje hacia el tercer piso. Nos miramos. Sabíamos que > después de ese pasaje estaba la verdadera lucha, todo esto había sido un simple entrenamiento. > La prueba final nos aguardaba. Pero mi nuevo amigo no parecía tener miedo o dudas. > Sus ojos brillaban, su sonrisa inquebrantable relucía en su rostro. Hinchamos > nuestros pechos y dimos el paso hacia el portal. > > Nos recibió un frío pasillo, donde unos monstruosos esqueletos de animales, > nos acechaban con sus encendidas pupilas. Algunos magos, lo usaban como escudo, > de manera que se escondían detrás de estos. Mi amigo alzó su espada y cuando asestó > el primer golpe a estas bestias, un desmoronar de huesos y un quejido nos dieron la > pauta de que no seriamos detenidos. Así y todo avanzamos cuidadosamente, > porque en cualquier lugar podía aparecer Aicos y ahí estaba el verdadero desafío. > Empezamos por revisar un cuarto que estaba cerca de la entrada, entramos en la > penumbra y cuando por la luz de un rayo en contra de nosotros iluminó el lugar, vimos una > pila de calaveras y huesos, detrás de ellos estas malditas bestias aguardaban para > atacarnos. Tarkan corrió hacia las bestias, que eran tres y haciendo un arco con su espada, > volteó a todas de un solo golpe. Admiré la técnica de mi amigo; todos los guerreros saben > tirar el "golpe del tornado", tal como le llaman a esto en la academia, pero no todos > saben hacerlo rápido y certero. Y antes de que termine de pensar esto, ya había saltado > encima de dos magos que murieron antes de que puedan alzar sus báculos. > Volvió hacia mi con su eterna sonrisa. y tuve la sensación, el "deja vu" diría alguno de > ver algo que ya había visto, de estar viviendo algo que ya había vivido. > > - ¿Dónde crees que pueda estar Aicos? - preguntó mirando hacia todos lados. > > - Escondido en cualquier recoveco > - contesté mirando hacia el pasillo donde unos hondos bufidos indicaban que nos estaban esperando. > > - ¡Busquemos entonces! > - y salió con su espada como un ariete hacia delante. > > Al salir, nos asaltaron más bestias, más magos pero todavía éramos demasiado hábiles para ellos. > Estallaban en montones de huesos, que iban a parar a las pilas donde viejos esqueletos > de guerreros que desafiaron esta torre reposaban. Los magos gritaban en su último estertor > y desaparecían tras un crepitar de chispas. Cuando nos estábamos acercando al centro > y estas incubos aparecían sin cesar, salían de la nada, se materializaban e inmediatamente > nos atacaban. Si bien caían sin esfuerzo, cada vez eran mas, los magos nos atacaban > de lejos y nos arrastraban con sus maléficos rayos por toda la plaza, y los esqueletos > nos arrojaban golpes con sus pesados martillos, que no nos dañaban, pero cada vez eran más. > Mi jovial y decidido amigo arrojaba su espada, barría de a dos, tres, cuatro y hasta cinco > enemigos con sus golpes: embestía con ella y era como si un soplido de un huracán cercenaba > a los que se atrevían a enfrentarlo. Mi maza también segaba con mis mejores golpes, > enseñados por los oscuros guerreros de Icarus, los guerreros fantasmas. Aquí y allá caían, > pero no parecía tener fin. Siempre salían más. hasta que dejaron de salir. > > Se hizo un silencio total. El ulular eterno del viento cesó. No se sintieron más bufidos, > ni más pasos. El polvo se aquietó y descanso en el piso. Tarkano y yo nos miramos > y pegamos nuestras espaldas. Él tomó su espada con las dos manos y la alzó, > yo lo imité alzando mi mazo de fantasma. El aire cesó de moverse. El tiempo se paró. > La tierra dejó de girar. Solo se sentía el latir de nuestros corazones, pero no lo escuchábamos. > Girábamos apoyadas nuestras espaldas una con otra y mirábamos atentamente > alrededor en busca de nuestro enemigo. > > Y sabíamos que estaba cerca. > > - ¿Quieres decir algo?- le pregunté a Tarkano sólo para saber como se sentía. > > - Tal vez no fue buena idea acompañarte - dijo con seriedad en la voz. > > - Tú insististe, fue tu decisión > - y agregué antes de que me conteste > - y agradezco a todos los dioses por ello.- > > - Si.- dijo desganado > -pero estaba pensando que una mujer no vale la pena que me esfuerce tanto > - explicó acentuando las palabras. > > - No sé que decirte amigo. Yo..- y me interrumpió > > -¡No me hubiera perdido esto por nada del mundo! - y volvió a reír. > > Estábamos riendo los dos, alegres por la batalla. Firmes, dignos y expectantes. > No sentíamos miedo. > > No será fácil llevarnos al infierno si así lo decidió el destino, pero teníamos > una total certeza de nuestro triunfo. Fortalecidos esperamos el ataque de Aicos. > | |
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| Tema: Re: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:08 am | |
| - ¡Bienvenido a la Torre perdida, mi señor! > - dijo haciendo una reverencia. No había burla en él. Era un tono jovial, alegre. > El tono de quien se lleva bien con la vida. Envainó su espada y se dirigió a mí. > > - ¿Qué le trae a este lugar? > - preguntó curioso al tiempo que hacia una caravana. > > - Necesito llegar al tercer piso de la torre > - dije como si necesitara ir ahí sólo por hacer una visita social. > - ¿sabes como llego hasta ahí? > > - Sin duda vuestros pies os llevaran, milord. > - y añadió -Pero debo decirte que es un piso peligroso.si quieres puedo acompañarte > - finalizó con un juvenil entusiasmo. > > Me acordaba de Charon y no podría cargar con otra muerte por mi > culpa o por ayudarme. Debía seguir solo. > > - Te estoy muy agradecido joven guerrero. Pero debo hacer mi camino solo. > por cierto ¿Cómo te llamas? > - y me baje del unilia que se sacudió alegre de quitarse mi peso de encima. > > - Yo soy Tarkano, vengo de Tarkan, tal como se llama mi padre, que se casó con Tarkana. > mi familia es de Tarkan como podrás ver. > - y se sentó en las sucias losas del patio y se dispuso a comer. > - Estos monstruos me dan mucha hambre. ¿Quieres? > - y extendió una pierna asada de pollo hacia mí. > > - ¿Porque ese ímpetu en matarlos? ¿Quieres exterminar la población local? - y acepté la invitación. > > - Debo probar mi valor. Alcanzando el más alto nivel que un guerrero puede llegar. > - y miraba hacia arriba, obnubilado por quien sabe que imagen. > - Entonces mi amada será mía y su padre no podrá negarla > - afirmó sacudiendo la pata, que arrojó unas gotas de grasa hacia todos lados. > - Ella me ama ¿sabes? > - y se perdió un instante en sus pensamientos. > > - ¿Como se llama tu amada? > - pregunté mas por curiosidad, que por otro motivo. > > - Su nombre es sinónimo de belleza. Ante ella los astros se inclinan. Su voz es la envidia de > todos los instrumentos musicales, los más bellos pájaros le hacen coro, las más herm..- > > - ¿Cómo se llama? - pregunte interrumpiéndolo > > - ¡Ah! Si. su nombre es Vindemiatrix, nacida en el mes de septiembre, hija de Procyon y Sephora > - y haciendo un gesto de intriga preguntó - ¿Para que tienes que ir al tercer piso?- > > - Debo encontrar a Aicos, tengo un dilema que resolver con él > - dije tratando de no mostrar emoción. > > - ¿Aicos?- exclamó levantando las cejas. > - Obviamente el frío de Davias te ha afectado el cerebro. ¿Estás loco no? > - dijo y le dedicó una última mordida a su pata. > > - Sólo voy a hablar. ¿Porque debería tener miedo? - mentí > > Tarkano me miró en silencio. Miró hacía el oscuro techo, volvió a mirarme. > Entonces se paró, se acomodó el correaje, evaluó el filo de su espada y dijo convencido: > - Te acompañaré- > > - No puedes arriesgarte. No permitiré que me acompañes - dije tratando de detenerlo. > > - Declaro solemnemente que voy por propia voluntad, que no me obligas y que no lo hago > por ayudarte. Compartimos un destino y. > - agregó con una sonrisa > - si la suerte me enfrenta a él y puedo matarlo mi gloria estará hecha. Vindemiatrix será mia inexorablemente. > - Y se fue caminando hacia el otro patio. > > No pude resistir la risa. El ímpetu de este joven es contagioso. El unilia relincho e hizo > retumbar las paredes descascaradas de la torre. Pasamos a través de plazas y pasillos, y debo decir que alegremente, porque mi jovial compañero, > cantaba y mataba. Siempre con una sonrisa, veloz y certero. Unos magos, > antiguos residentes de la torre, trataban infructuosamente de aturdir a Tarkano con su > hechizo de relámpago, pero a pesar de ser sacudido y arrojado por todo el piso, el seguía > firme en su determinación. En cuanto el rayo cesaba, se paraba e irrumpía con > renovado espíritu a sus atacantes que morían con un último quejido antes de tocar el piso. > Así de a poco llegamos al pasaje hacia el tercer piso. Nos miramos. Sabíamos que > después de ese pasaje estaba la verdadera lucha, todo esto había sido un simple entrenamiento. > La prueba final nos aguardaba. Pero mi nuevo amigo no parecía tener miedo o dudas. > Sus ojos brillaban, su sonrisa inquebrantable relucía en su rostro. Hinchamos > nuestros pechos y dimos el paso hacia el portal. > > Nos recibió un frío pasillo, donde unos monstruosos esqueletos de animales, > nos acechaban con sus encendidas pupilas. Algunos magos, lo usaban como escudo, > de manera que se escondían detrás de estos. Mi amigo alzó su espada y cuando asestó > el primer golpe a estas bestias, un desmoronar de huesos y un quejido nos dieron la > pauta de que no seriamos detenidos. Así y todo avanzamos cuidadosamente, > porque en cualquier lugar podía aparecer Aicos y ahí estaba el verdadero desafío. > Empezamos por revisar un cuarto que estaba cerca de la entrada, entramos en la > penumbra y cuando por la luz de un rayo en contra de nosotros iluminó el lugar, vimos una > pila de calaveras y huesos, detrás de ellos estas malditas bestias aguardaban para > atacarnos. Tarkan corrió hacia las bestias, que eran tres y haciendo un arco con su espada, > volteó a todas de un solo golpe. Admiré la técnica de mi amigo; todos los guerreros saben > tirar el "golpe del tornado", tal como le llaman a esto en la academia, pero no todos > saben hacerlo rápido y certero. Y antes de que termine de pensar esto, ya había saltado > encima de dos magos que murieron antes de que puedan alzar sus báculos. > Volvió hacia mi con su eterna sonrisa. y tuve la sensación, el "deja vu" diría alguno de > ver algo que ya había visto, de estar viviendo algo que ya había vivido. > > - ¿Dónde crees que pueda estar Aicos? - preguntó mirando hacia todos lados. > > - Escondido en cualquier recoveco > - contesté mirando hacia el pasillo donde unos hondos bufidos indicaban que nos estaban esperando. > > - ¡Busquemos entonces! > - y salió con su espada como un ariete hacia delante. > > Al salir, nos asaltaron más bestias, más magos pero todavía éramos demasiado hábiles para ellos. > Estallaban en montones de huesos, que iban a parar a las pilas donde viejos esqueletos > de guerreros que desafiaron esta torre reposaban. Los magos gritaban en su último estertor > y desaparecían tras un crepitar de chispas. Cuando nos estábamos acercando al centro > y estas incubos aparecían sin cesar, salían de la nada, se materializaban e inmediatamente > nos atacaban. Si bien caían sin esfuerzo, cada vez eran mas, los magos nos atacaban > de lejos y nos arrastraban con sus maléficos rayos por toda la plaza, y los esqueletos > nos arrojaban golpes con sus pesados martillos, que no nos dañaban, pero cada vez eran más. > Mi jovial y decidido amigo arrojaba su espada, barría de a dos, tres, cuatro y hasta cinco > enemigos con sus golpes: embestía con ella y era como si un soplido de un huracán cercenaba > a los que se atrevían a enfrentarlo. Mi maza también segaba con mis mejores golpes, > enseñados por los oscuros guerreros de Icarus, los guerreros fantasmas. Aquí y allá caían, > pero no parecía tener fin. Siempre salían más. hasta que dejaron de salir. > > Se hizo un silencio total. El ulular eterno del viento cesó. No se sintieron más bufidos, > ni más pasos. El polvo se aquietó y descanso en el piso. Tarkano y yo nos miramos > y pegamos nuestras espaldas. Él tomó su espada con las dos manos y la alzó, > yo lo imité alzando mi mazo de fantasma. El aire cesó de moverse. El tiempo se paró. > La tierra dejó de girar. Solo se sentía el latir de nuestros corazones, pero no lo escuchábamos. > Girábamos apoyadas nuestras espaldas una con otra y mirábamos atentamente > alrededor en busca de nuestro enemigo. > > Y sabíamos que estaba cerca. > > - ¿Quieres decir algo?- le pregunté a Tarkano sólo para saber como se sentía. > > - Tal vez no fue buena idea acompañarte - dijo con seriedad en la voz. > > - Tú insististe, fue tu decisión > - y agregué antes de que me conteste > - y agradezco a todos los dioses por ello.- > > - Si.- dijo desganado > -pero estaba pensando que una mujer no vale la pena que me esfuerce tanto > - explicó acentuando las palabras. > > - No sé que decirte amigo. Yo..- y me interrumpió > > -¡No me hubiera perdido esto por nada del mundo! - y volvió a reír. > > Estábamos riendo los dos, alegres por la batalla. Firmes, dignos y expectantes. > No sentíamos miedo. > > No será fácil llevarnos al infierno si así lo decidió el destino, pero teníamos > una total certeza de nuestro triunfo. Fortalecidos esperamos el ataque de Aicos. > | |
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| Tema: Re: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:09 am | |
| > Las destruidas paredes se fueron iluminando, descubriendo los rotos adornos > y arabescos de la otrora gloria. Un resplandor rojizo iba ganando la plaza y empezamos > a sentir los pasos que hacían temblar el piso. Pequeños ríos de arena caían desde > las grietas, luces de relámpagos y sonidos de truenos agitaban el aire, los trozos más > pequeños parecían esconderse, huyendo de esta luz y sonido que avanzaba. > Enfrentamos, hombro con hombro, las manos en las armas, la vista en la entrada de la plaza. > Sin vacilaciones, sin temor esperábamos nuestro momento. Y nuestro momento llegó. > > Aicos estaba delante de nosotros. > > .....^^...este...^^ > > Aicos nos vio pero no hizo ningún gesto. Ni de fastidio, ni de odio. Su rostro > siguió imperturbable bajo el casco del Lado Oscuro, deslizándose mas que volando, > con sus alas de plumas bermellón, con un sangriento báculo en su mano derecha > y su enorme escudo, se paró a unos metros en frente nuestro. Tenía la vista clavada > en ambos, el ataque era inminente. Sin palabras, sin bravatas, sin arengas. > Lo esencial y terminante. Afirmamos nuestros pies y comenzamos a ir hacia él lentamente. > > Es mentira cuando dicen que te acostumbras al dolor, que lo puedes tolerar > si estás acostumbrado a recibirlo. Todas mentiras. Aicos agitó su báculo y envió unos > espíritus negros. He visto muchos magos y gladiadores magos hacer este hechizo, > y son espíritus mas molestos que dañinos. Los de Aicos, pasaban a través de ti, llevándose > tus entrañas, arrancando los músculos del hueso. El dolor era tan solo una mínima > referencia, una palabra que describía pobremente lo que sentíamos. A pesar nuestro > caímos de rodillas entre horribles calambres. Aicos bajó su báculo y los espíritus desaparecieron. > > Nuestra respiración estaba agitada, nuestro cerebro buscaba volver a conectarse con la realidad. > > Aicos caminó alrededor nuestro. Mirándonos despectivamente dijo: > > - ¡Que atrevidos! ¿Como se animan a venir? > - y se detuvo a unos pasos de donde estábamos arrodillados. > > - ¡Sufran por ese descaro! - y nuevamente alzó su báculo. > > Antes de que pudiera lanzarlo, nos abalanzamos sobre él, atacando los dos a un solo tiempo. > No lo hicimos por valentía, lo hicimos por desesperación. Aicos cayó arrojado hacia atrás. > No perdimos esa oportunidad, volvimos a embestir pero rápidamente Aicos se recompuso. > Desde el suelo nos arrojó un rayo, que nos detuvo en seco y nos dejó sin aliento. > > - Son valientes- asintió ya incorporado y levantando nuevamente su báculo. > Antes de que pudiera tirar un nuevo hechizo le hablé: > > - No importa cuanto nos dañes. Siempre seguiremos peleando. No nos iremos > - y ya parados sobre nuestros pies Tarkano agregó: > > - Esta lucha es a muerte. Lo sabemos. ¿pero tú lo sabes? > - dijo y lo miró con esa cara desafiante, casi burlona. > > - Que así sea - sentenció Aicos > > Volvimos atacar ambos. Aicos detuvo el ataque de Tarkano, pero no pudo evitar el mío. > El latigazo de mi mazo fantasma lo dejo atontado. Por un instante debajo de su casco del Lado Oscuro, > vi la desesperación. No lo dude, volví a dar otro golpe. Los ojos de Aicos se perdieron y cayó aturdido. > Tarkano arrolló y con la fuerza de una violenta ráfaga empujo su espada contra el pecho > de Aicos. Pero solo fue una fugaz sensación de victoria. El terrible mago saltó y al caer > se desató un fuego infernal alrededor de él. El calor abrasador, junto con un montón de > piedras brotó del suelo, que nos pegaron, nos laceraron. > > A partir de ese momento sufrimos todos los ataques. Negros demonios se llevaban nuestra > carne a dentelladas, llamas salían del suelo que pisábamos, torbellinos nos hacían girar > hasta quedar casi inconscientes, plantas venenosas y masas de hielo aparecían en > nuestros pies, desde incandescentes rocas y astros cayendo que nos llovían del cielo, > paredes de agua nos empujaban. El mago desaparecía y aparecía detrás de un aura azul. > era nuestro fin, nuestra aventura tocaba a su fin. > > Busque a Tarkano con la mirada. Estaba parado con los pies atrapados en un bloque de hielo, > se balanceaba atontado tratando de levantar su espada y una serie de rayos lo sacudía > violentamente. En eso un aura verde lo envolvió. La magia de Aicos se volvió inofensiva > en ese exacto momento. Tarkano pudo recuperar su aliento. Aicos estaba desconcertado. > Esa misma aura que envolvió a mi compañero, me envolvió a mí. Entonces vi los ataques de Aicos, > pero no me dañaban. Pude recuperar mi aliento y pude incorporarme. Aicos trataba > vanamente de dañarnos, pero esta aura verde que nos rodeaba hacia inútiles sus intentos. > > En eso una luz blanca y muy potente iluminó el recinto donde estábamos. Todos nos > cubrimos la vista con las manos. Con los ojos entrecerrados vi a una elfa, vestida con la > armadura de los guardianes, pero esta brillaba de tal manera que enceguecía. > A través de esta, colores brillantes, desde intensos púrpuras a encendidos > índigos aparecían tornándose los unos en los otros. Las alas flotaban detrás de > ella y eran coloridas y transparentes. La elfa habló: > > - ¿Por qué abusas de tu poder? > - inquirió al mago que atónito se había detenido ante ella y su luz. > > - ¡Tu!.- Balbuceó el mago > - ¡Tú estás muerta! > - dijo con ira, Y la atacó en ese mismos instante. La elfa rápidamente movió sus manos, > y la misma aura verde la cubrió y volvió nada el ataque del mago. Aicos trataba > inútilmente con todas las habilidades. La elfa volvió a hablar: > > - Tú ordenaste mi muerte, y al a matarme me volvieron mas poderosa. ¡tan poderosa > que tu magia ahora es menos que la brisa ante mi! - Y movió las manos hacia nosotros. > - Puedo curar en un instante. > - y tras ese movimiento que había hecho la elfa sentí, y creo que Tarkano sentía lo mismo, > como el golpeado y tullido cuerpo sanaba, la mente se aclaraba y mis fuerzas volvían. > El mago grito: > > - ¡Si te han matado, volverás a morir! > -y lanzó un furibundo ataque que no hizo mella ni en la elfa ni en nosotros. > El mago se sacó el casco, vi la iridiscente cabellera caer sobre sus hombros > y vi la desesperación, el miedo. el pánico en sus ojos. > > - ¡Es tu hora de morir, prepárate a cruzar la puerta oscura! > - dijo la elfa > > - ¡Te mataré de nuevo Lala! > - y con el alarido atropelló para el ataque. > > Claro, era Lala. Mi visión en Davias, ella me había advertido. Ella nos estaba cuidando. > Lala nos miró y volvió a gesticular con sus manos. Y tras ello un fuego frío, que no quemaba > envolvió nuestros brazos. Sentimos la fuerza de mil guerreros en nuestros músculos. > Nuestra sangre hervía y nuestra respiración se volvió huracán. Tal la fuerza que sentíamos, > que habiendo tomado siempre nuestras armas con dos manos la sosteníamos > en una y su peso no era sentido por nosotros. > > No dudamos. Atacamos al unísono a Aicos que aturdido, ni siquiera atinó a defenderse. > El golpe del soplido con su espada del espíritu de Tarkano, y mi cachetazo de > fuego dado con mi mazo fantasma, solo dejó el último quejido, el de la vida que se fue, > de la vida que Aicos ya no tenía más. Su cuerpo cayó sobre las mugrientas > losas del piso y desapareció tras un remolino de ceniza. > > Lala se acercó a nosotros. Nos apoyó las manos en nuestros hombros y nos sentimos confortados. > La maligna luz que irradiaba Aicos se había desvanecido, y todo era llenado por > la luminosa aura de la elfa. A través de unos huecos que habían en las paredes, > fueron entrando unos débiles rayos de sol, que fueron haciéndose más fuertes. > > - Todavía no ha terminado > - dijo Lala sacándonos del embelesamiento en el que habíamos caído. > > - Es cierto, hay alguien más y sé donde lo encontraré- dije a Tarkano y a Lala. > > - ¿Mas peleas? > - Preguntó Tarkano > -¡Definitivamente mi amada será mía! - > > Lala y yo echamos a reír. Esta vez la victoria había sido nuestra. Pero no éramos invencibles. > > - Debemos ir a Noria. El fin de nuestro viaje esta ahí.-dije mirando a mis amigos > > - ¿Noria? - dijo Tarkano sorprendido. > > - Noria - confirmó Lala. > > Aunque tardé en darme cuenta, había ido uniendo cabos y pistas sueltas. Y tras estos sucesos, > de a poco y a pesar mío fue viendo al responsable de todo esto. Yo había sido un monigote, > un títere que había sido manipulado y manejado para algún oscuro objetivo. > Ignoraba ese objetivo todavía. Pero estaba seguro del responsable. Para mala suerte > de él, el monigote pensaba. El monigote había sobrevivido y ahora el monigote iba a buscarte. > > Era un viaje largo hasta Noria, pero no nos detendríamos. Tarkano cantaba y le > hacia toda clase de cumplidos a Lala que sonreía complacida. Los unilias nos esperaban | |
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| Tema: Re: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:09 am | |
| > en la plaza segura de la torre. Algunos guerreros y magos que entrenaban en > la torre nos miraban con respeto y admiración. Las elfas se acercaban a Lala y tocaban > la brillante armadura y su luz iluminaba los bellos rostros sorprendidas por la perfección > de esta. Tarkano narraba las aventuras, moviendo las manos y e impostando la > voz para imitar a los enemigos que habíamos enfrentado. Yo me senté sobre unas piedras > y le di de comer a mi unilia, que movía la cola alegre de volverme a ver. > > Después de un rato, los tres nos dirigimos hacia el pasillo que nos llevaría a Davias. > > Cuando pasamos el negro portal, un sol resplandeciente y un viento refrescante nos saludó. > > - ¡Nada como el frío aire de Davias para apreciar la vida! - dijo Tarkano. > > - Así es mi amigo, así es - dije feliz de poder respirar ese aire. > Fuimos llegando a Davias, en paso sostenido pero sin apuro. La cantidad de monstruos > y engendros había mermado. Era como si al erradicar la maldad que había en la Torre Perdida, > muchos se desvanecieron.o acaso se liberaron. Como haya sido, hemos tenido hasta > este momento que nos dirigíamos a la puerta Este de la ciudad un viaje sin demasiados sobresaltos. > > Tarkano cantaba e improvisaba canciones acerca de los últimos hechos, que causaban la > risa de Lala. Yo reía también, era como si nunca, todas estas desgracias que asolan al > continente, hubieran existido. La vida nos regalaba generosa sus mejores momentos. > Y nosotros estábamos agradecidos, por estar vivos y por ende, el poder apreciar estas horas. > > Casi a un tiro de flecha de las puertas de Davias, Tarkano preguntó, lo que por respeto, > supongo, no había hecho en todo el viaje. > > -Habías dicho que sabias quien estaba detrás de esto, pero no has dicho mas nada. > - sofrenó su montura como para dar tiempo a la respuesta. > > - No les estoy ocultando nada. Sólo me he quedado cavilando, para estar mas seguro de lo que voy a hacer. > - sofrené a mi unilia también. Lala se acercó a nosotros y entonces los tres marchábamos al paso lento. > > - Quería estar acertado y sin lugar a una duda. > - continué > - Ustedes me acompañan y no puedo darme el lujo de involucrarlos en problemas > sin antes saber fuera de toda duda lo que estoy haciendo.- > > - Sabes que estamos contigo por nuestra voluntad.- interrumpió Tarkano > > - Estoy aquí porque quiero yo > - dijo Lala y agregó > - Nunca supe quien me mató. Pero el que haya sido. ¡lo pagará una y otra vez! - > > - Yo lo sé. Y agradezco que me liberen de la carga de decidir y comandar esta cruzada > - paré el unilia en un roquedal que por lo visto, había servido de parador de algunos viajantes o guerreros. > El fuego estaba situado en el medio de unas rocas dispuestas como asientos. > Tarkano bajó de su silla y avivó las llamas. Lala se acercó y sentó en unas de las rocas. > Yo saqué unas bolsas con alimento y las repartí. Estaban dispuestos a seguirme, > así que debían saber cual era mi pensamiento. > > - Desde un principio, siempre pensé ¿porque yo?, ¿Por qué entre todos los que mirábamos > curiosos, Charon me eligió a mí?... después que había visto tu cuerpo, brutalmente asesinado en Noria > - Lala se miró el pecho, recordando tal vez la sensación de la herida > - por el tipo de herida sabía que era alguien conocido. No te habías defendido > - dije mirando a Lala, esperando me confirme mi teoría. > > - Solo recuerdo estar sentada, y alguien pidió lo de siempre. > pociones, algunos orbes. No recuerdo haber visto a alguien conocido.- > > - O de verlo siempre no lo tuviste en cuenta - interrumpí a Lala > > Lala me miró sorprendida. Continué: > > - Por el tipo de herida supe que era alguien muy veloz y con mucha fuerza. > La limpieza de los bordes de entrada así lo indicaba.- me levanté y empecé > a caminar alrededor del fuego. Lala y Tarkano me seguían con la mirada. > - Lo extraño fue que el Goblin del Chaos dejará su máquina y me diera una información, > muy cara por cierto, pero irrelevante. No me interesaba saber quien era el desaparecido, > sino quien lo había hecho desaparecer. Cuando mencionó a Aldebarán, supe que nos > dirigían a propósito hacia Davias. Charon sabía mas cosas, pero si sabia tantas cosas > ¿Por qué necesitaba mi ayuda?, todo lo que he venido haciendo, sólo era seguirlo > a Charon a todos lados, porque la información la tenía él.- bebí un trago de agua y seguí explicando > - Rigel es una persona dedicada a su oficio, ya se desentendió de resto del mundo. > Pero no lo haría de su hermano. Así que nos habló de lo que ya sabíamos todos, > de lo mal que la pasaba con tu hermana - dije mirando a Lala, que se mostró avergonzada > - y mencionó al mago, un personaje descartable, ladino, cobarde y servil que. > ¡Oh casualidad se le dio por tomar un vino justo cuando estábamos hablando de él!, > así que le perseguimos a través de las heladas llanuras de Davias. Me sorprendió mucho > la velocidad que tenia Charon para pegar con su báculo a los monstruos > que atinaban a cruzársenos. Demasiada rapidez para un mago. Demasiada pericia > para manejar el unilia, que paró en seco y de un solo tiro a más de cien pasos volteó > al fugitivo mago. ¿Pero como un hombre tan ágil y tan veloz se retrasó en la carrera por > ver el cuerpo del mago? Yo llegué primero y Charon un rato después. Entonces vino la confusión, > el dragón dorado, la turba y tu visión. > - finalicé mirando a Lala para que me diga porqué apareció en mi sueño. > > - Cuando renací, algunas cosas quedaron más claras y algunos poderes, digamos mas desarrollados > - dijo Lala ofreciendo las palmas de sus manos al fuego para calentárselas > - Estaba sumida en un sueño, cuando de repente aparecí en Icarus, ahí supe que > la única persona que podía ayudarme eras tú. Tuve la premonición de que algo malo > estaba por suceder y te advertí. ¿Cómo sabía que eras tú y no otra?... lo ignoro, > solo lo siento así. A partir de ese momento me basta pensar en ti para saber si estás bien o mal. > cuando sentí dolor, mis alas me llevaron hasta la Torre Perdida. y ya sabemos como sigue esto. > - Lala cruzó sus piernas y se quedó mirándome esperando una respuesta. > > Tarkano miraba el fuego y con el mentón apoyado en las manos empezó a decir en voz baja: > > - Entonces. yo. ¿Por que estoy aquí? > - dijo con cierta tristeza, como la de alguien que ha quedado fuera del reparto. > - Yo no he tenido sueños, ni premoniciones. Sólo el anhelo de luchar por el amor de mi amada. > y ahora ya no sé porque lo hago. ¿Puedes darme tú esa respuesta? > - dijo mirándome con su clara mirada. ¿Puedes?- > > - Nada de lo que estamos haciendo es al azar. Me siento como si alguien me manejara > desde otra dimensión. De alguien que no puede entrar acá, pero si manejarnos. > Nuestro destino está escrito. Lo único que nos queda es cumplirlo. - dije apoyando mi > mano en el hombro de Tarkano para darle ánimos. Lala hizo lo mismo. Tarkano > esbozó una sonrisa y continuó: > > - Sea lo que sea que nos tiene el destino, estoy listo. Te seguiré hasta el final, es la palabra de Tarkano. > - dijo ya recompuesto. Lala le sacudió los hombros y Tarkano rió. Yo proseguí con mi hipótesis: > > - Cuando me enteré de la muerte de Charon, me sorprendió poder ver el rostro. > Charon cuidaba que jamás se lo viera. Pero su pesada capucha, había extrañamente salido, > para que oportunamente yo pudiera verlo.- > > - Un momento > - interrumpió Tarkano > - al principio por como describías, el sospechoso era Charon, te engañó, > no se con que propósito, pero todo apunta a él, mas cuando dijiste que debíamos ir a Noria.- > > - Y eso era lo que querían que crea. pero es mentira. - dije mirando a Tarkano > > - Pero Charon murió- inquirió Tarkano a modo de pregunta > > - Es cierto.- dije - El muerto que yo vi era Charon inequívocamente. > > - Entonces. ¿Como puedes sospechar de un muerto?.- preguntó Lala > > - ¿Querían que piense que Charon estaba muerto?... ¡Si! ¿Querían hacer que cargue > la culpa de su muerte?... ¡Si!, ¿Charon es el culpable?... ¡No! - > > Los dos me miraron con los ojos abiertos. Sorprendidos. Continué con mi explicación. > > - Charon estuvo conmigo hasta que llegamos a Noria. En el momento que nos separamos, > alguien ocupó su lugar. Ese alguien apareció oportunamente cuando el goblin me daba > su información. ¡Que precisión para aparecer! - y seguí dando mi discurso > y haciendo ahora gestos con las manos - Después todo me pareció demasiado ordenado, > hasta el accidente del dragón. El que estaba desde el incidente del goblin no era el > Charon original, era otro. Después del dragón dejaron el cadáver del Charon original > y me cargaron la culpa. Se supone que debía morir y todo resuelto. La pregunta que sigue. > - y miré a Tarkano. > > - ¿Por qué debía morir Charon? - dijo Tarkano > > - ¿Por qué debía morir yo? - dijo Lala > > - ¿Por que debía morir yo? > - dije.- ¿Que tenemos en común los tres?... > > - Aldebarán - dijo en voz ahogada Lala > > - Tú eras su cuñada, yo lo conocía y Tarkano va camino a ser el más grande del continente.- > > - Entonces.- balbució Lala > > - Entonces todo esto es una intriga armada por Aldebarán - dije adivinado las palabras de ellos. > - El Charon que, aparentemente mataba al mago, era Aldebarán. Si lo atacaba con un arma, > lo mataba. Sólo un guerrero puede tener precisión pero no el poder de magia capaz de matar. > Por eso le pegó desde lejos. Seguro que una vez muerto yo por la turba, Aldebarán lo mataría. > Él mató a Charon dejándome su cadáver al lado mío y me dejó el Kris con el que te mató a ti, > - expliqué mirando a Lala, que se apoyó las manos en el lugar de la herida. > - Aldebarán solo pasaría desapercibido en la multitud de Noria, y es el único suficientemente > veloz para asesinar en un parpadeo de ojos. Nadie reparó en el. Mató a Charon, el goblin > le ayudó a ocultarlo y él tomó su lugar. Después hicieron toda la parodia.- y me senté > > Lala y Tarkano se habían quedado callados. Miraban hacia el paisaje nival con > la mirada perdida en sus pensamientos. > > > > > > (Fin de la primera parte del último capitulo) Tarkano fue el primero en hablar: > > - Aicos entonces está de acuerdo con Aldebarán.- dedujo > > - Aicos sólo es otro títere en esta comedia, que llevo un mal papel. > -y acoté para dar mejor explicación > - Era el seguro por si fallaban los anteriores. Y hubiera sido así si Lala no nos ayudaba. > - La elfa nos regaló una sonrisa. > > Lala preguntó entonces: > > ¿Para que vamos a Noria? Si Charon es una víctima. ¿Por que no vamos a buscar > a Aldebarán y hacerle pagar por su muerte?.. Dijo la elfa con encendida voz. > > - Vamos a buscar a Aldebarán. El está ahí > - contesté y agregué > - vamos ya antes de que se haga mas tarde. > | |
| | | poqew Bull Fighter
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| Tema: Re: HISTORIA DEL BAR DE LORENCIA Lun Ene 26, 2009 2:09 am | |
| > - Entonces debemos movernos más rápido > - aseveró Lala incorporándose de su asiento > - Vengan, denme sus manos. > - La preciosa criatura tomó nuestras manos, hizo un gesto y todo el mundo se detuvo, > después se desvaneció, y cuando la luz volvió con nosotros estábamos en un sitio oscuro, > lleno de lúgubres lamentos y extraños sonidos. > > - ¿Qué lugar es este? > - preguntó aturdido Tarkano al tiempo que la Espada del Espíritu florecía en sus manos. > > Yo lo imité y mi Mazo del Fantasma describió un círculo. Lala saco su Arco Gigante > y colocó una flecha dorada. La elfa habló: > > - Deberíamos haber sido transportados a Noria directamente. No sé que falló > - Y pegó la espalda de su brillante armadura a nosotros. > > Entonces vimos el trono, en medio de criaturas de pesadilla, de gigantescas serpientes, > de amenazantes guerreros muertos con espadas de fuego. Al lado de este trono estaba > el falso Charon, que al vernos bajó su capucha y vimos el rostro perfecto de Aldebarán. > Pero el carisma había sido sustituido por una fría mueca de un ser sin corazón. > Alguien impiadoso impulsado por oscuras y bajas ambiciones. Nada que ver este Aldebarán con el de la leyenda. > > - Debían haber muerto y no haber vuelto - dijo el guerrero, sacando dos flamígeras > y carmesí espadas.- Ahora morirán para siempre.- acá le interrumpí > > - ¿Por qué debíamos morir? Me debes el saberlo. > - dije levantando el mazo esperando un golpe. > > - ¡Pobre y patético eres! - Exclamó en una risotada el avatar -¿Que te hace pensar que te debo algo? > Lo único que me debes tú y tus compañeros es. ¡Su muerte!. ¡y quiero que me saldes ya esa deuda! > - y antes de que el golpe cayera sobre mí la elfa me dio sus auras en un abrir y cerrar de ojos. > Cuando las Devourer cayeron sobre mí el daño fue mínimo. > > Aldebarán levantó sus espadas y gritó: > > - ¡Así que tu =) elfa te da ayuda!. ¡Yo también tengo elfa para que me ayude! > - y ante la sorpresa de todos apareció la hermana de Lala, que envuelta en un sangriento velo, > con los ojos rojos de ira y aullando blasfemias dio poder a Aldebarán > > Sabía que era el mas magnifico guerrero que jamás había existido, que la elfa era tan > poderosa como su hermana. Que estábamos en un sitio desconocido y a su merced. > no había nada que temer.* > > Este soberbio guerrero, con su fuerza aumentada por la elfa, sería invencible. > Nos aprestamos los tres a atacar al unísono. Sólo así tendríamos una oportunidad. > Pero fue inútil. Cuando estábamos por asestarle nuestros golpes sacó un "golpe de tornado" > que nos arrojó lejos y separados. Tratamos de juntarnos rápidamente, pero atacó al > todavía atontado Tarkano que a duras penas contuvo el brutal embiste. Lala arrojó una > flecha congelada, que cubrió de hielo a Aldebarán y lo inmovilizó solo un segundo, > lo suficiente para que Tarkano se levantara y le aplicara un profundo soplido con su espada. > Aldebarán trastabilló hasta una sucia columna, en ese instante la hermana de Lala, > atacó a esta con un Flecha de penetración, que hizo desgarrar la blanca armadura en un hombro. > Yo ataqué a la hermana de Lala, con un "latigazo de fuego", que la hizo doblarse en dos > y antes de que se incorpore le golpeé con toda mi fuerza y energía, en la espalda. Este golpe > la hizo perder su Ballesta de Arcángel, pero tuvo tiempo de moverse y tomar un arma > del piso, con la que me atacó inmediatamente. A duras penas pude atajar el velocísimo golpe, > pero me dejo indefenso ante la embestida de Aldebarán, que me elevó por los aires > y me dejo totalmente aturdido en el piso. Lala le arrojó entonces una serie de flechas > combinando perforadoras con flechas de hielo, que relentaron los movimientos del > imbatible guerrero. Yo todavía no lograba volver a coordinar mis movimientos de tan > impactado que había quedado. En ese mismo instante Aldebarán tiró sus espada al aire > y al caer la tomó y la enterró en el piso que se abrió y un fuego infernal me envolvió > y me hizo chocar contra el techo para caer pesadamente y desvanecido en el piso. > En ese segundo Lala me asistió con aura de sanación, y pude resistir el ataque de la elfa > maligna, que me congeló en el piso pero no lo suficiente para matarme. Tarkano que > ya había vuelto en sí, se acercó a toda carrera a Aldebarán, hizo unas gesticulaciones > delante de él e inmediatamente Tarkano estalló en un aura que incrementaba > la vitalidad. Aldebarán se quedó petrificado mirándolo. Y en ese momento Tarkano lo atacó > y con un sencillo golpe, Aldebarán dio un grito de dolor y cayó de rodillas. > muerto. La hermana de Lala se quedó estupefacta mirando la escena, y antes de que pudiera > reaccionar de dos certeros flechazos quedó clavada contra el espaldar de ese trono oscuro. > > La batalla había terminado. No había mas enemigos. > > ¿No había mas enemigos? > > Ninguno escuchó el sisear del cuchillo en el aire. El arma, certeramente arrojada > había impactado en mi pecho. Una rosa de sangre floreció en un segundo. > Lala corrió a darme vida, pero esta se me iba rápidamente. Miré hacia el lugar de donde > había brotado el Kris. Y detrás del lúgubre trono, apareció la figura del Goblin del > Chaos, que maldiciendo e gritando toda clase de insultos contra todos, nosotros > y sus secuaces, nos habló con los ojos inyectados de sangre y una densa baba > cayendo de la horrible boca. > > - ¡Malditos sean, ustedes y su descendencia! > - dijo subiendo sus deformes manos hacia arriba. > - ¡Malditos. dos eones esperando mi oportunidad, y ustedes me arruinaron!- > > Atónitos ante esto e insospechado desenlace, sólo asistíamos en silencio a la escena. > El deforme goblin siguió con sus maldiciones. > > - ¡Miles de horas corrompiendo el alma de Aldebarán! ¡Otras miles corrompiendo > el alma de tu hermana, maldita elfa! > - y en un grito más potente dijo: - ¡Yo, el goblin del chaos, iba a ser el rey del continente! > - en ese instante una luz estalló, se sintió el caer de un rayo y el goblin del chaos > cayó fulminado por un rayo. Charon envuelto en una túnica blanca, con un báculo de > cristal le había tirado un último y definitivo rayo al deforme ser. > > - Ya no tendremos mas desencuentros ni confusiones- sentenció y se acercó > a nosotros que habiamos asistidos estupefactos al desenlace de esta historia. > Tarkano me sostenía en sus brazos y a pesar de las curaciones que ininterrumpidamente > me daba Lala, la vida se me iba a cataratas. Charon se acercó y me dijo en suave voz: > > - Gracias por creer en mí. Otro no lo hubiera hecho.- > > Traté de hablarle, pero no salió ninguna palabra de mí. Poco a poco todo se fue apagando. > > La oscuridad era total. Cansado cerré los ojos. > > > > > > > > > > Cuando los volví a abrir, el sol ya había salido. Tenía una pierna acalambrada > y al enderezarme en la silla, un rayo de sol hizo que me cubriera la vista con la mano. > En el monitor se veía la imagen de mi pj, sentado en los banquitos de Noria. > Lo moví hasta el baúl y por un momento, antes de desconectarme del juego tuve la sensación > de que el goblin del chaos me dirigió una mirada de odio, pero será el sueño el que me hace ver cosas. > > (__-= FIN =-__) | |
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